Hay cinco tipos de siringomielia:
- Malformación de Chiari tipo I y tipo II: se producen en el periodo fetal e involucran la hernia del tronco cerebral y del cerebelo, lo que dificulta la salida del LCR del cuarto ventrículo.
Esto provoca que el líquido tienda a ir hacia el interior de la médula
espinal cervical y con ello que aparezcan los quistes en la región
cervical de la médula espinal. En éste caso, los síntomas normalmente
empiezan entre los 25 y los 40 años de edad.
- Siringomielia post-traumática: se produce trás una fractura de la columna vertebral con daño medular. Esto provoca fibrosis alrededor de la misma en el punto de la lesión.
Al no poder circular correctamente el líquido céfalo-raquídeo aparece la
cavidad siringomielia. Los síntomas pueden aparecer meses o incluso
años después de la lesión inicial, empezando con el dolor, debilidad, y
el deterioro sensitivo que se originan en el punto de la lesión.
- Hidrocefalia: en estos casos, el volumen de líquido céfalo-raquídeo aumenta de forma patológica en el
interior del cerebro. En casos muy excepcionales se acompaña de
siringomielia.
- Aracnoiditis: en este caso existe una membrana que rodea la médula espinal (la aracnoides) que se
encuentra inflamada. Ello dificulta la libre circulación del líquido
céfalo-raquídeo y con ello favorece la aparición de la siringomielia.
Las causas de la aracnoiditis son variadas y entre ellas destaca la
meningitis tuberculosa y la cisticercosis.
- Siringomielia tumoral: en ella existe un tumor que segrega una substancia rica en proteínas que
provoca la aparición de un quiste por arriba y otro por debajo de tumor
y que desaparecen al extirpar el tumor
TRATAMIENTO:
La intervención quirúrgica es el tratamiento generalmente recomendado, ya que en la mayoría de los pacientes produce la estabilización o mejora de los síntomas. Si se retrasa la intervención pueden llegar a producirse daños irreversibles en la médula espinal.
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